EL 10% DE LOS VECINOS DE MARÍN SON PROTESTANTES
Los protestantes gallegos gozan de arraigo y visibilidad
(GALICIA, 07/12/2012) El Faro de Vigo, uno de los periódicos más importantes de Galicia, dedicaba el pasado domingo 2 de diciembre, un interesante reportaje sobre la presencia de protestantes en la región, destacando un nombre propio: el del misionero inglés Thomas Blamire, quien se estableció en Marín tras fundar las iglesias evangélicas de A Coruña, Pontevedra y Vigo.
En la actualidad, la comunidad protestante en Marín, con sus aproximadamente dos mil integrantes, alcanza al 10% de la población del municipio, una cifra inédita en España, en términos porcentuales.
La labor espiritual, social y cultural de la Iglesia
He aquí el reportaje:
130 AÑOS DE LOS PRIMEROS BAUTISMOS POR INMERSIÓN EN GALICIA
"La Semilla más fértil del pastor Thomas Blamire"
La sola mención de la palabra "protestante" produce en los gallegos un sentimiento de repulsa inmediata (Enrique Turrally Benjamín White, en "Una perspectiva inglesa de Galicia en 1920").
Mujeres de Marín en torno a una misionera inglesa (sin identificar) a principios del siglo XX | AMPLIAR
(FARO DE VIGO, 02/12/2012) No, afortunadamente para las alrededor de 20.000 mil personas que en la actualidad profesan la fe evangélica en Galicia, ya no corren tiempos tan duros como los que Enrique Turrall y Benjamín White reflejaron en "Galicia, Noroeste de España. Una perspectiva inglesa de Galicia en 1920", refiriéndose a lo que ellos identifican como segunda etapa de la Obra
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Julio Torres, actual pastor de la Iglesia Evangélica de Marín |
Sin embargo, para Julio Torres Caeiro, Pastor de la Comunidad
Y es que el concello de Marín es un caso muy especial no solo en Galicia, sino en España. En él conviven cuatro comunidades evangélicas: la propia de Marín, la de Seixo, la denominada Iglesia de Filadelfia (formada por miembros de etnia gitana) y la llamada Iglesia Pentecostal. En total, suman unas 2.000 personas, lo que representa el 10 por ciento de la población total del ayuntamiento que, así, se convierte en el municipio que, porcentualmente, tiene el mayor índice de evanélicos de toda España.
La de Marín, no obstante, no fue la primera comunidad evangélica fundada en Galicia. Más antiguas que ella son las de A Coruña, Ferrol, Vigo y Pontevedra, pero en todas ellas hubo un hombre común: Thomas Blamire Liddell quien, en compañía de otro pastor protestante, James Wigstone, se trasladó a España con fines misioneros en el año 1873. Tras predicar por Barcelona y Madrid, ambos decidieron continuar su labor en Galicia, iniciando sus prédicas en la ciudad de A Coruña. De su primer contacto con ella dejó escrito Wigstone:"¡Qué conmoción dejó el
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Edificio de la Iglesia Evangélica de Marín |
Consumada su misión en la capital herculina y algunos cercanos pueblos más con la venta de "numerosos ejemplares de la Biblia", Blamire y Wigstone se dirigieron, siempre buscando el mayor número de público potencial -que, lógicamente, se hallaba en las grandes ciudades-, a Vigo. De su experiencia olívica. a donde llegaron en 1877, extraemos las siguientes líneas procedentes del libro de Wigstone traducidas al castellano en "El polizón esperado" del periodista marínense Marcos Gago: "íbamos a todas partes vendiendo Biblias, dando tratados y hablando a la gente, cuando el jefe de la policía y dos agentes vinieron con una orden de arresto. Nos llevaron escoltados por gran parte de las calles de la ciudad ante distintos superiores suyos de aquí para allá. Al final acabamos en un pueblo a dos millas con el Jefe de la Policía siempre a nuestro lado". Variadas peripecias después, y ya liberados, Thomas y James tomaron rumbo a Pontevedra y en el paso, se toparon con Marín. En la villa marínense decidieron separarse: Wigstone se ocuparía de la comunidad de Vigo y Blamire se convertiría en el primer Pastor de Marín "donde la obra desde entonces ha sido considerable", escribió su compañero.
No se sabe exactamente por qué razones, pero el hecho fue que la predicación de Thomas, que a partir de entonces castellanizó su nombre en Tomás, obtuvo en Marín un éxito insospechado desde el primer momento. Puede darnos algunas Marcos Gago cuando empieza su libro con un primer capítulo titulado “La aurora de un nuevo día" con este párrafo: "Un grupo de personas ocupaba una sala en una casa de Marín. Estaban sentados en unos bancos alrededor de una mesa cubierta con un mantel blanco. Encima había un bollo de pan y una jarra de vino con una copa. Corría el mes de octubre de 1882. Uno de los presentes, con aspecto de extranjero, se levantó en medio de todos y se acercó a la mesa, donde los demás asistentes pudiesen verlo bien. Todos inclinaron sus cabezas y cerraron sus ojos. La voz de aquel extranjero, un inglés, resonó en la sala, invocando la bendición de Dios sobre los reunidos, dándole las gracias por su amor y pidiéndole protección". "Aquel extranjero" era, claro, Tomás Blamire, un hombre dotado de un extraordinario carisma de orador.
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Thomas Blamire y, a la derecha, Isaac Campelo |
Turrall y White también escribieron sobre el Marín de esos años: "El número de personas que acudió a los cultos fue tan grande que no cogían en el local que servía como capilla (....). Estos creyentes, en casi cada caso, han demostrado ser firmes en el
De la época en que Gago ubica la reunión datan los que están considerados primeros bautismos por inmersión realizados por la Iglesia
También admite Torres Caeiro que otros bautismos pudieron haberse celebrado antes en otras iglesias evangélicas, pero como, en aquellos tiempos, todos ellos se hacían en la clandestinidad, los de Pais Pesqueira y Josefa Santos son una referencia histórica en tanto en cuanto salieron del anonimato perteneciendo a aquella comunidad evangélica de Marín que, con sus casi 200 seguidores, ya se había erigido en la punta de lanza de los protestantes gallegos, liderada por un Tomás Blamire a quien, a su muerte, en 1894, sucedió otro pastor británico, Cecilio Hoyle, bajo cuya etapa se construyó el primer tempo de la Iglesia
Su testigo lo lleva desde hace 25 años un Julio Torres Caeiro que confiesa que "aunque es verdad que vivimos tranquilos desde la llegada de la democracia, no fue hasta 1994, por miedo a la expropiación, que nos atrevimos a poner a nuestro nombre la propiedad de nuestro templo. Hasta ese año, por precaución, figuraban como propietarias unas sociedades inglesas". Nos lo dice mientras leemos la frase de la Biblia escogida para encabezar los rezos dentro del templo en los últimos meses: "Cristo murió por los impíos".
Fuente: El Faro de Vigo / Salvador Rodríguez | Fotos: Museo Archivo Histórico Evangélico de Galicia
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