APRENDER A DESAPRENDER / por JUAN MANUEL QUERO
Los evangélicos sin Papa, ni patriarcas, ni un líder universal
"¿Quién manda en la Iglesia Evangélica? ¿Hay en la tierra un líder universal que asuma ese tipo de dirección entre los evangélicos o protestantes en general? ¿Quién representa a los evangélicos en el mundo y en los grandes encuentros interreligiosos o de otro tipo?"
Arriba: Los papas Benedicto XVI y Francisco. Abajo: Kirill, patriarca ortodoxo de Moscú y el Dalai Lama, líder espiritual del budismo
(JUAN MANUEL QUERO, 06/03/2025) | Algunas de las grandes religiones del mundo, aceptan a alguien como líder universal, o como persona que ocupa el lugar de Dios en la tierra, asumiendo un papel vicario para hablar en nombre de Dios, y así, dirigir la organización religiosa.
¿Quién manda en la Iglesia Evangélica? ¿Hay en la tierra un líder universal que asuma ese tipo de dirección entre los evangélicos o protestantes en general? ¿Quién representa a los evangélicos en el mundo y en los grandes encuentros interreligiosos o de otro tipo?
Contestar a estas preguntas, en algunos casos no es muy fácil, pero sí que es muy interesante la reflexión al respecto. Lo que podemos decir, es que los evangélicos o protestantes no tenemos un Papa, un Patriarca o un líder religioso que presida a todas las iglesias en el mundo. La mayoría de las iglesias son locales, es decir, que son independientes, tienen su propia administración o gobierno, y forman parte de ese pueblo evangélico que se identifica como tal. No obstante, otras iglesias evangélicas responden a una eclesiología nacional o internacional, que están presididas por un presbiterio, es decir, por una junta o comisión que preside esa iglesia, que tiene diferentes congregaciones en un país o países.[1] Relacionado con el tipo de eclesiología se pueden destacar las iglesias más o menos jerárquicas, aunque, también habría que distinguir lo que es una jerarquía funcional de otra de “ordeno y mando”.
Los evangélicos no destacan, como elemento teológico imprescindible, que la iglesia tenga su origen en el seno de los mismos doce apóstoles del tiempo de Jesús, y que esto se haga de forma concatenada, continuista y por medio de una sucesión de líderes que nos lleven hasta los días del Nuevo Testamento. No obstante, cuando el planteamiento de los evangélicos se hace bajo la dirección del Evangelio, (de ahí el nombre de evangélicos), podemos entender que desde el tiempo de Jesús siempre han existido iglesias evangélicas, y así se ha constatado historiográficamente, aunque tengan otros nombres. Esto significa además, que los evangélicos o protestantes, no tenemos al apóstol Pedro como un primer Papa o líder religioso del que tenga que surgir una estirpe de hombres especiales que dirijan la iglesia. La interpretación que hace la Iglesia Católica Apostólica y Romana del pasaje que se encuentra en el evangelio de Mateo 16:16-19, es muy diferente al que entienden los evangélicos. Si bien para unos Pedro representa a aquél que recibe las llaves y la dirección de la iglesia cristiana, para otros simplemente se entiende que la confesión que hace Pedro: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», es la base sobre la que se edificaría la iglesia. Las llaves serían dadas a todos los apóstoles o creyentes, y estas simbolizarían la proclamación de esta verdad, que es la que «abre las puertas de los cielos» a los que creen.
Esta aproximación nos lleva también a uno de los principios bíblicos que se destacaron en la Reforma Protestante, y es “el sacerdocio universal de todos los creyentes”. En este sentido no se hace diferencia entre clérigo o laico. Todos los creyentes, hombres y mujeres, hemos de servir a Dios con responsabilidad, lo que significa un tipo de sacerdocio universal (1ª Pedro 2:9). Esto implica además que nuestro Sumo Sacerdote, o quien nos presida sea Cristo (Hebreos 4:14-16). La teología evangélica en este caso es muy clara, pues los evangélicos no tienen mediadores entre Dios y los hombres; es decir, no hay “vicarios de Cristo en la tierra” que le sustituyan para perdonar pecados o para poder llegar al cielo. Hemos de recordar que entre «las cinco solas» que resumen los principios más importantes de la Reforma del XVI, está el siguiente: «Solo Cristo» (1ª Timoteo 2:5).
Lo anterior no quita que se realicen asociaciones, federaciones o uniones de iglesias para alcanzar proyectos, retos, o coberturas de apoyo para su buen desarrollo. Para tal fin pueden organizar instituciones, misiones, u otras entidades que presididas por las personas elegidas para ello puedan dirigir, con la aquiescencia de las iglesias que las componen. Sería un tipo de organización con cierta jerarquía funcional, sin poder entrar aquí en diferentes matices.
En el ámbito evangélico más general podemos mencionar la Alianza Evangélica Mundial, fundada en el Londres el 19 de agosto de 1846, que tiene otras delegaciones o alianzas en diferentes países del mundo, como la Alianza Evangélica Española, creada en 1877 y constituida legalmente en Madrid el 15 de junio de 1914. En este caso, esta Alianza estaba integrada por las iglesias que libremente se involucraron, teniendo una buena representación de todas las denominaciones. Al principio su propósito sería defender la libertad religiosa; ayudar a aquellos que sufrieron galeras por el Evangelio, recibiendo su apoyo; como entre otros, por mencionar a alguno, sería Manuel Matamoros, conocido malagueño muy activo en la proclamación del Evangelio[2]. Además apoyaría la creación de centros de estudio bíblico y producción de materiales bíblicos, apoyando también las campañas evangelísticas, y pronunciándose en temas sociales, buscando así, una sociedad más justa, donde el pueblo protestante estuviese más unido y fortalecido. Es interesante, que desde su creación tuvo el apoyo de intelectuales españoles, que se identificaban con la necesidad de una libertad religiosa plena. Entre aquellos intelectuales, tenemos que citar a alguno que participaría en cultos y celebraciones de la Alianza, como fue Miguel de Unamuno[3].
No obstante, dicho lo dicho, se hace compleja una representación o portavocía internacional o universal del pueblo evangélico o protestante, porque, las alianzas y/o asociaciones evangélicas no incluyen a todos los evangélicos del mundo, sino a los que por voluntad propia deciden unirse. Es por ello que nunca podemos hablar en nombre de todos, aunque si se pueden expresar aquellos puntos ampliamente consensuados en todo el mundo evangélico. Pero, esto no es óbice para que una persona en concreto pueda hablar en nombre de todos los evangélicos o protestantes.
La interlocución de todas la iglesias evangélicas o protestantes es importante, pero al mismo tiempo compleja. Cuando hay un evento que requiere la representación de las mismas, bien por una conmemoración o por un pronunciamiento por la paz; o por un funeral de estado, etc., se hace posible que puedan estar aquellos designados según los acuerdos establecidos. Este es el caso de muchos países en los que la administración pública requiere un interlocutor para dialogar y participar oficialmente desde los estamentos existentes. Con este motivo se podrán crear consejos evangélicos a nivel provincial, autonómico o nacional. En España un claro ejemplo es la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE). Esta se creó en 1986 con competencias muy diversas, que ya se han mencionado en otros capítulos, y que de forma principal asume esa representación o portavocía de las iglesias y entidades evangélicas, que están adheridas a la misma[4].
Otro asunto importante es el diálogo interreligioso y el ecumenismo entre todos los cristianos, más enfatizado por unas iglesias evangélicas que por otras; aun pudiendo formar todas ellas parte de la FEREDE y teniendo una confesión de fe común, que viene a ser la misma que la creada en su día por la Alianza Evangélica Española. Sirva como ejemplo lo que hace muy poco tiempo se acuerda, como constitución de la Mesa de Diálogo Interconfesional de España:
En el acto, además de los representantes de las diferentes confesiones cristianas, estuvieron la directora general de Libertad Religiosa y Relaciones con las Confesiones del Ministerio de Presidencia, Mercedes Murillo, y la directora de la Fundación Pluralismo y Convivencia, Inés Mazarrasa […] La creación de esta Mesa, según han explicado los representantes de las principales confesiones cristianas en nuestro país que han suscrito el acta de constitución, “surge de la iniciativa de un grupo de representantes de distintas confesiones cristianas presentes en el ámbito nacional, a raíz de la celebración conjunta del Día de la Fraternidad el 16 de febrero de 2022, con el fin de impulsar la continuidad y formalización del diálogo desarrollado hasta entonces”.[5]
*** Notas:
[1] Trataremos esta variante cuando lleguemos al punto de la formación de las diferentes denominaciones existentes en el pueblo evangélico.
[2] En realidad el nació en Lepe, Huelva, pero, desarrolló gran parte de su vida en Málaga.
[3] Boletín Conmemorativo. «Alianza Evangélica Española: Cien años y un día en acción 1877-1978». Imprime Gráficas Barcelona, s. f.
[4] La creación de FEREDE, sustituyó a la Comisión de Defensa Evangélica (CDE), creada en 1956, y cuyo hombre fuerte y entregado fue el pastor José Cardona Gregori. En 1992 FEREDE se consolidaría con los acuerdos de cooperación con el Estado español(Ley 24/1992 de 10 noviembre).
[5] «Las principales confesiones cristianas constituyen la “Mesa de Diálogo Interconfesional de España”». En: «Actualidad Evangélica». [En línea]. Disponible en: https://www.actualidadevangelica.es/index.php?option=com_content&view=article&id=15785:2024-09-16-12-01-17&catid=46:actualidad [Consultada el 19 de septiembre de 2024].
Autor: Juan Manuel Quero Moreno
© 2025. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estrictamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
Otros Artículos de Juan Manuel Quero |
---|