RESEÑA BIBLIOGRÁFICA / por ALFONSO PÉREZ RANCHAL
"Manual pastoral para el cuidado del alma y sanar a la persona. Poiménica". (Ekkehard Heise. Ed. Clie, 2023)
«Estamos realmente ante un libro importante. Importante porque, como nos dice el mismo autor, el arte de curar almas parece un arte olvidado y, sin embargo, se trata de la labor central de los pastores y ministros dedicados al cuidado de la iglesia»
(Alfonso Pérez, 26/02/2025) La es la “cura de almas”. La expresión “cura de almas” aparece ya en Platón al hablar de su filosofía y así se presenta a Sócrates hablando a sus conciudadanos de que deben darse no solo a la riqueza y el honor, sino también a que “curen sus almas”.
Proviniendo esta expresión de Platón -con la gran influencia posterior del platonismo- hay que tener presente su concepción dualista, esto es que el alma vive en una especie de cárcel, que es el cuerpo, y la liberación se produce con la muerte. Por ello, el enfoque desde aquí podría ser erróneo ya que se centraría en el alma en oposición al cuerpo. La concepción hebrea es distinta y el ser humano es considerado una unidad, es visto en su integridad.
En las Escrituras el alma puede ser aludida con toda una serie de términos, como vida, corazón, persona, etc. Aquel que pierde su alma está perdido al completo.
El alma nos hace humanos. Entonces, ¿la cura de almas de qué trata?: ¿De asesoramiento o consejo pastoral, de acompañamiento espiritual, de terapia o de una conversación ante una situación grave? Todas estas son formas de ayuda, pero los límites son inciertos. Hay que tener presente, como ya apuntamos, que alma abarca en las Escrituras a toda la persona, a toda su vida, por lo que es necesario tener cuidado con los reduccionismos. Esto mismo ocurre con las expresiones actuales de “asesoramiento pastoral”, “dirección hacia la sanidad interior” o incluso “psicología pastoral”.
La cura de almas como acción pastoral y entre laicos proviene de la Reforma, pero hay que tener presente que es una recuperación de la actividad que Jesús llevó a cabo durante su ministerio. En la Iglesia católica la cura de almas llegó a ser algo institucional y pasaba por ser una actividad sacerdotal que se realizaba sobre todo en la predicación, con los sacramentos y la misa, y junto a ello estaba el abuso de las indulgencias. Las iglesias protestantes, por su parte, se dieron a las charlas pastorales y entre creyentes que fueron la base de la recuperación de la cura de almas.
La práctica de la cura de almas se da como charla, que puede aparecer como una conversación cotidiana o presentar rasgos terapéuticos, pero la fe del curador siempre está presente. Esto último es que el curador sea creyente, no que siempre tenga que estar evangelizando.
Las ocasiones en las que estas conversaciones pueden ocurrir son muy diversas, tanto formales como informales, y se tiene que dar en un contexto de confianza.
Una definición que presenta el libro es que cura de almas es “la ayuda para ganar la certeza de estar vivo, de participar de la vida, de tener y ser vida” (p. 29).
En latín “cura-ae” significa cuidado, atención, preocupación, cura.
Esta práctica en el cristianismo también tiene que ver con la relación de la persona con Dios, ya que se considera que su no existencia supone una situación que debe ser reparada.
Heise nos dice en el libro que «son pocos los pastores o las pastoras que hablan de su ministerio como "cura de almas". Parece que se olvidaron de que la dedicación a las almas era una de las competencias centrales de su ministerio o «¿Es simplemente que, en un mundo materialista y posmoderno, ya no se sabe lo que significa la palabra "alma"?».
El autor nos informa que es precisamente este el propósito de escribir un libro como el presente: una búsqueda del arte de curar almas. Para ello Heise va a dividir su obra en once capítulos que nos llevarán a una definición de lo que es la poiménica, sus orígenes, y la rastreará a lo largo tanto del Antiguo como del Nuevo testamento. De allí pasará a dedicar unos capítulos a la historia de la misma a lo largo de la historia de la Iglesia. De esta forma, tenemos que el capítulo cuarto se centra en la iglesia de los primeros siglos después de Cristo, pasará por la Edad Media, la Reforma hasta la poiménica protestante de los siglos que van del XVII al XX.
En otro capítulo se preguntará el lugar de la cura de almas al presente, desde la aparición de la moderna psicología y la relación con ella, para dedicarle también un capítulo a la cura de almas basada en la Biblia. El último de los capítulos será la poiménica en tiempos posmodernos.
Estamos realmente ante un libro importante. Importante porque, como nos dice el mismo autor, el arte de curar almas parece un arte olvidado y, sin embargo, se trata de la labor central de los pastores y ministros dedicados al cuidado de la iglesia. Heise dice que invita «al lector a ser parte de una especie de expedición de rescate», y debo decir que tras leer su libro consigue involucrarnos en ello, nos capta la atención para que vayamos en esa línea.
La iglesia debe ser una comunidad sanadora, aunque parece que en no pocas ocasiones ha olvidado este llamado.
Se nota que el autor posee una preparación sobresaliente en esta temática y aporta un escrito relevante en español, que tan escaso está al respecto en la lengua de Cervantes.
Autor: Alfonso Pérez Ranchal
© 2025- Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
Alfonso Pérez Ranchal es Diplomado en Teología por el CEIBI (Centro de Investigaciones Bíblicas), Licenciado en Teología y Biblia por la Global University y Profesor del CEIBI. Vive en Cádiz.
Otros Articulos de Alfonso Pérez Ranchal