RECOMENDACIONES / por Alfonso Pérez Ranchal

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"También este libro nos ayuda a detectar al líder de iglesia que está muy lejos de ser un siervo, un imitador de Jesús. Tengo que confesar tristemente que lo he visto en más de una ocasión.". 

(Alfonso Pérez, 29/07/2024) «Una secta es una droga, la dependencia afectiva y emotiva de cada día. La esclavitud sólo ha cambiado de forma, de apariencia. Estos cuervos acechan a la juventud, presa ideal, idealista, en las cercanías de las facultades, universidades, oficinas de empleo, en la calle, en los barrios en que las familias sufren el dolor de un duelo, de un divorcio…, pero también en los hogares muy estables. Igual que del SIDA o de la droga, también se debe hablar de las sectas. Las familias no deben sentirse culpables cuando se ven envueltas en este problema».

Con este párrafo se inicia la conclusión del libro que tenemos entre manos. La misma ya justifica la lectura de un volumen como el presente, ya que llama la atención a que el fenómeno de las sectas suele ser una amenaza invisible, que parece que no está, pero que puede sorprendernos si algunos de nuestros familiares son captados. La problemática subsiguiente, si no es atajada a tiempo, suele ser dolorosa, dilatada en el tiempo y, en el mejor de los casos, que se lleve una serie de años de la persona hasta que logra salir de la misma. En el peor, se dan abusos de todo tipo y si la persona logra escapar de sus garras, suele quedar con secuelas psicológicas duraderas. 

Si bien el subtítulo de este libro es Cómo evitar que los adolescentes se dejen atrapar, las técnicas de captación y de manipulación suelen ser las mismas tanto para adultos como para adolescentes.

Llegados a este punto, y como creyentes cristianos, podríamos considerar lo interesante que es la lectura de libros como el actual, pero sentirnos un poco distanciados de esta problemática, ya que nosotros, pensamos, estamos en iglesias y congregaciones que no pueden ser consideradas sectas. Pero hemos de tener mucho cuidado, ya que determinados comportamientos y acciones sectarias se dan en muchos más lugares de los que nos gustaría aceptar. 

Especialmente se podría apreciar esto en la figura de los pastores o líderes que podrían derrochar carisma, pero ser enormemente autoritarios, manipuladores, narcisistas y pagados de sí mismos. Aunque pensemos que seguramente ese no es nuestro caso, ni asistimos a una congregación en donde el que está al frente posee este perfil, es muy sano comparar lo que se dice en este libro al respecto y ser sincero ante las conclusiones.

También es muy conveniente entender por qué el fenómeno sectas está en auge y por qué tantas personas caen en sus redes. Comprender esto puede significar, además, el percatarnos de qué es eso que nos falta a nosotros como cristianos y como iglesias para llegar a este tipo de personas que están buscando, que están en profunda necesidad, o a las que se les despierta un interés por algo que vaya más allá de su cotidianidad. Estas sectas aparecen como interesadas por las necesidades de la persona, dan un inicial bombardeo de amor para atraparlas y, una vez amarradas psicológicamente, se dedican a un metódico lavado de cerebro. Esto las convierte en dóciles seguidoras capaces de hacer casi de todo (o de todo) si se les pide. La iglesia por su parte tiene un mensaje evangélico en el cual sí que prima el amor y el interés real por la vida de la persona, y debería manifestarlo con más convicción.

Normalmente en una reseña, ahora sería el momento de exponer brevemente el contenido de cada capítulo o de cada una de sus partes de forma genérica. Pero me voy a tomar la libertad de, en vez de realizar esto, exponer el propósito que el autor se marcó a la hora de escribir este libro.

El joven, el adolescente, está predispuesto a buscar nuevos modelos para su vida. Esto se da especialmente en aquellos que no poseen seguridad en ellos mismos, en su propia identidad y, por ello, suelen ser una presa fácil si entran en contacto con alguien que pertenece a una secta. Estos les proveen un lugar, un sueño a alcanzar, una «familia» en donde ser aceptado. Estos grupos sectarios no son organizaciones secretas que se reúnen con la luna llena. Están muy presentes en nuestra sociedad, aunque no se noten hasta que se da con ellos.

Dominique Biton con su escrito pretende ayudar a identificar a las personas que quieren captar a nuestros hijos, y posteriormente a nosotros. A que podamos conocer qué argumentos usan, cómo se comportan, qué pretenden realmente. Siendo conscientes de ello, que los padres puedan reconocer en sus hijos las primeras señales de que el contacto se ha producido, y cómo actuar al respecto. Es en esta primera etapa cuando es más fácil sacar de la red a la persona contactada. El tiempo es esencial y corre en nuestra contra. Tal y como nos dice el autor: «El objetivo es que se sepa fácilmente desenmascarar a los manipuladores de toda calaña que hacen estragos a pequeña o gran escala, tanto si se trata de simples jefes de pandilla como de gurús patentados de multinacionales florecientes; que sepa distinguir entre un compromiso elegido y una servidumbre estúpida hacia la ley del grupo; que conozca los límites que no debe superar si no quiere encontrarse enredado a su pesar, prisionero en su cabeza, adepto y víctima de una secta o de cualquier comunidad de funcionamiento coercitivo... el presente libro, que hemos escrito pensando en ellos, puede hojearse, por qué no, en familia».

Ante el objetivo bien delimitado que el propio autor nos da, lo primero que hay que preguntarse es si ha logrado su propósito. Personalmente pienso que sí. La lectura de un volumen como el presente nos ayuda a despertar a una realidad que está ahí, agazapada y que nos puede estallar en la cara en cualquier momento. Grupos, organizaciones e iglesias que no son más que sectas que se hacen pasar por una especie de panacea, de paraíso en la tierra, buscando únicamente presas para ser víctimas de sus manipulaciones. La tragedia llama a nuestra puerta cuando el captado es un familiar. Familiar que poco a poco va cambiando, se va alejando de nosotros y llega a ser un extraño para los de su propia casa. 

También este libro nos ayuda a detectar al líder de iglesia que está muy lejos de ser un siervo, un imitador de Jesús. Tengo que confesar tristemente que lo he visto en más de una ocasión. Pastores o líderes rígidos, tajantes, que creen ser la misma voz de Dios. Te dicen lo que ver, qué leer, cómo vestir, con quién salir, auténticos manipuladores. Estos también deben ser desenmascarados y las claves para ello están en este libro.

Autor: Alfonso Pérez Ranchal