OPINIÓN / POR MÁXIMO GARCÍA RUIZ
Las cinco sola
(Máximo García Ruiz, 06/11/2021) Escribimos esta breve reflexión el 31 de octubre, el Día de la Reforma, por lo que tengo ante mí, como marco de referencia necesario, los 5 “sola” que configuran la estructura teológica de la Reforma protestante: Solus Christus, Sola Scriptura, Sola Fide, Sola Gratia, Soli Deo Gloria. Tres son los objetivos a los que hacen referencia: Dios, Cristo y las Escrituras.
Jesús, el Cristo, había sentenciado que tan solo la verdad puede hacernos libres. La verdad, aunque como ocurre con esos minerales de gran valor, resulte muy costoso descubrirlos y extraerlos del lugar en el que se encuentran. Esa verdad, que reluce tan solo cuando ha sido liberada de toda la ganga o escombrera que con frecuencia la oculta y dificulta su extracción de los lugares más insólitos de la mina.
Lutero descubrió que el largo proceso por el que había pasado la Iglesia, especialmente el oscurantismo de la Edad Media había dejado imperceptible la Verdad que, en su origen, representaba la figura de Jesús de Nazaret, declarado el Cristo, el Mesías anunciado y esperado.
Desbrozando la Biblia, especialmente algunos de los libros del Nuevo Testamento y, sobre todo, los evangelios, Lutero descubrió algo que había permanecido desfigurado a causa de los sucedáneos: el protagonismo central y único de Jesús en el plan de salvación, una vez que hubo sido liberado de las adherencias de corredentores, intermediarios, vicarios y cualquier otro tipo de interceptores que dificultaban, oscurecían y ocultaban la imagen del único redentor. En otras palabras, Lutero elabora una de las columnas teológicas de la Reforma: Solo Cristo es quien proporciona la salvación.
Y, ante el abaratamiento y malversación de la salvación que, a juzgar por la oferta de saldo que se estaba ofreciendo mediante indulgencias, sacrificios, buenas obras o flagelaciones personales, se había convertido en un fraude, Lutero, leyendo a Pablo, descubre que el único camino, que invalida e inutiliza cualquier otro, es por medio de la fe: Sola fe, sin coste adicional para los creyentes, ya que el pago lo había hecho Jesús en la cruz, es decir, Sola gracia.
Llegados a este punto, Lutero centra su atención en el papel que juegan las Sagradas Escrituras: Sola Escritura. El sentido último de esta afirmación es desplazar cualquier otro tipo de escrituras que habían tiranizado a la Iglesia una buena parte de los pasados quince siglos, mediane dogmas, catecismos, biografías de “santos”, relatos de “milagros”, encíclicas, sermones, etcétera, para recuperar la Biblia como documento fundante, a fin de descubrir en ella la Palabra de Dios.
Con el propósito de atajar y, en su caso, enmendar entuertos teológicos, Lutero dedica dos de sus “sola” al mismo Dios, poniendo coto de esa forma a cualquier desvío en lo que a la soberanía de Dios se refiere; todo lo que recibimos es a causa de la gracia divina, Sola gratia y, para mayor abundamiento y como consecuencia de ello, solo a Dios debemos dar gloria, Soli Deo Gloria.
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En la teología reformada resulta un hecho incuestionable que la centralidad de todo es Cristo. Es el gran descubrimiento de Lutero. Es cierto que lo hace de la mano del apóstol Pablo, pero sin olvidar las aportaciones de Santiago. Jesús es el que ofrece la salvación a los pecadores; lo hace mediante la fe, si bien opera la gracia divina, sin cuyo concurso nada es posible.
Descubrir a Jesús, por consiguiente, es la tarea más ambiciosa de quienes anhelen ser cristianos. Él señala el camino, porque él mismo es el Camino; enseña en que consiste la verdad, dado que la Verdad con mayúsculas es el propio Jesús; y únicamente por su conducto podemos gozar de la vida, ya que Jesús, el Cristo, es la Vida eterna.
Autor: Máximo García Ruiz. Día de la Reforma del año 2021 / Edición: Actualidad Evangélica
© 2021- Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
*MÁXIMO GARCÍA RUIZ, nacido en Madrid, es licenciado en Teología por la Universidad Bíblica Latinoamericana, licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Teología por esa misma universidad. Profesor de Historia de las Religiones, Sociología e Historia de los Bautistas en la Facultad de Teología de la Unión Evangélica Bautista de España-UEBE (actualmente profesor emérito), en Alcobendas, Madrid y profesor invitado en otras instituciones. Pertenece a la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Ha publicado numerosos artículos y estudios de investigación en diferentes revistas, diccionarios y anales universitarios y es autor de 29 libros y de otros 14 en colaboración, algunos de ellos en calidad de editor.
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